El ex delantero del Pincha, que anotó casi un centenar de goles en época de vacas flacas, fue parte de la fiesta por la vuelta a 1 y 57 y dialogó con este medio.
Hablar de los últimos años que jugó Estudiantes en UNO es imposible sin hacerlo de Ernesto Antonio Farías. El Tecla fue el sostén de aquel equipo acostumbrado a jugar con la calculadora en la mano, y fue uno de los más aplaudidos en la fiesta del regreso.
“Es una sensación gratificante. Ser parte de este club y de esta fiesta para mí es muy importante y muy lindo”, reconoció el delantero oriundo de Trenque Lauquen, que convirtió 94 goles entre su debut en 1997 y su despedida en 2004.
Sobre el cariño que le mostró la gente, con un fuerte aplauso cuando habló en las pantallas por la tarde y una linda ovación cuando saltó al terreno de juego, dijo: “Toda la gente que sea reconocida por haber dejado algo por el club siempre es lindo”.
“Sinceramente viví desde los 15 años acá, vine desde muy chico y viví en la pensión. La parte del Demo uno recordaba cómo era y hoy ya no está más”, recordó emocionado sobre aquel viejo estadio de 1 y 57 y la gran obra que se observa hoy.
En este sentido remarcó que guarda el mejor de los recuerdos sobre sus inicios en ese mismo predio en el que jugó el fin de semana: “Son momentos en los que uno vivió cosas muy fuertes en su infancia. Gracias a dios lo pude disfrutar”.
Fuente: infocielo
https://youtu.be/KdeHzFGJNhk