El juvenil ciclista Marcos Lobosco, hijo del histórico y premiado Javier, repasó el gran comienzo de temporada que había logrado realizar arriba de las dos ruedas.
Con victorias en el velódromo local, además de en Carlos Casares y Pigüé, y siendo parte de dos vueltas, una en San Juan con el Giro del Sol, y la otra, en La Pampa, en el Gran Premio Elías “Chuky” Pereyra, Marcos no solo habló de su presente, sino también de ese lejano comienzo en Nueve de Julio. Además analizó la falta de jóvenes en el ciclismo local y cómo se entrena para afrontar las largas carreras.
Apasionado de las bicis de ruta y nacido en el seno de una familia con papá y tío ciclista a Marcos solo le quedaba un destino posible. “Me acuerdo que iba a las carreras que corría mi papá pero primero no me llamaba mucho la atención, no me gustaba, hasta que un día en Nueve de Julio competí por primera vez, con una bici prestada y sin ropa de ciclista y no me bajé más, hace ya como cinco años”, señala.
Cada día tiene la fortuna de poder compartir entrenamientos con su padre y su tío Alejandro. “Para mí es un orgullo muy grande poder entrenar con mí viejo y mí tío. Mi papá fue dos veces Campeón Argentino, tiene varias medallas y por suerte también hemos estado juntos en algunas carreras y podios, y poder entrenar con ellos es muy lindo”, dice.
En sus inicios el Club Ciclista, por medio de la escuelita, contaba con, además de Marcos, Ramiro Giménez y Juan Jesús Constantini. “Los chicos fueron dejando y ahora quedé solo. Está Agustín Ochoa, también Martina Navarro, pero no quedan muchos jóvenes porque éste es un deporte muy sacrificado y duro. Hay que entrenar mucho, ser constante en las comidas y también en las salidas. Al competir los fines de semana las salidas quedan de lado y muchos a eso no lo entienden”, destaca.
Giro del Sol
En el ciclismo de ruta son varias las modalidades, tanto en pista como en calle, con pruebas de un día o vueltas por etapas. Marcos tuvo un comienzo de año intenso, ganando en el velódromo local, como también en los de Carlos Casares y Pigüé, pero además encaró junto a su equipo, el Bragado Cicles Club, dos grandes pruebas, el Giro del Sol, en San Juan y el Gran Premio Elías Pereyra, en La Pampa. Del Gro del Sol, una vuelta por etapa, realizada en el mes de enero en la cuna del ciclismo argentino, Marcos contó cómo llevó adelante esa experiencia en una carrera preparatoria para la Vuela a San Juan. “El ciclismo en San Juan es muy fuerte y diferente a cualquier otra provincia del país. Ahí se corre de manera diferente y es una prueba donde estuvieron presentes varias selecciones de otros países ya que se estaban preparando para la Vuelta a San Juan donde compiten los ciclistas internacionales. Fueron cuatro etapas y un prólogo que se hizo de noche. De esas cuatro etapas, tres de ruta y una contrarreloj. Todas etapas muy duras debido al viento y el calor de San Juan que en pleno enero llegó a los 40 grados”, remarca.
Los ciclistas debieron transitar cada recorrido con un máximo de unos 180 kilómetros por etapa y en el Bragado Cicles Club la formación de siete ciclistas no tuvo un líder definido.
“No llegamos de la mejor manera preparados por lo que no hubo un líder. Eso fue dependiendo de la general de cada día y a partir de ahí se trabajaba para uno en particular”, dijo el local.
Pero en San Juan, como en todo el país, el ciclismo de ruta se corre de manera diferente al europeo. “Acá se corre a los piques, como le decimos nosotros, no es como en Europa, que el pelotón deja que haya una fuga y luego los agarran, acá desde la largada y hasta la llega es al palo, a fondo. Por eso cuando vienen los ciclstas europeos a correr a San Juan les cuesta tanto, además de que ellos recién inician la temporada y el sanjuanino está en su mejor nivel”, explica el entrevistado.
Equipo
En julio de 2019 Marcos se incorporó a las filas del Bragado Cicles Club y comenzó a entrenar bajo las órdenes del pehuajense Franco Cragnulini. Un entrenamiento duro para lograr afrontar esas largas e intensas etapas. “Tuve una preparación intensa, con varios entrenamientos de 3 a 4 horas y media con el fin de llegar a esas vueltas y al Campeonato Argentino de la mejor manera. En las vueltas uno nunca llega a correr ese tiempo, porque las distancias son como máximo de 200 kilómetros cada etapa, y se pasan rápido. Una vez que llegaste a los 100 kilómetros el resto se pasa volando. Pero hay que estar muy bien preparado, porque a la noche estás cansado y al otro día te tenés que volver a subir a la bici para otra etapa mas”, puntualiza.
El ganador del Giro del Sol fue Nicolás Naranjo. “Es un gran corredor y es uno de los mejores que tiene el país. Este año también ganó la Vuela al Centro de la Provincia que se hace en Bolívar”, cuenta sobre él Lobosco.
Y sobre los Sub 23 resaltó: “Están todos en un gran nivel y parejo, Cobarrubia anduvo muy bien en la Vuelta a San Juan y Negro está entrenando en Europa”.
En el autódromo
El Gran Premio Elías “Chuky” Pereyra corrido en el mes de febrero en el autódromo de Taoy, La Pampa, fue otra de los grandes desafíos que tuvo Lobosco. Allí se ubicó en el quinto puesto del clasificador general, además de darse la labor de Agustín Ochoa, tercero entre los juveniles. “En el Gran Premio del Chuky también hizo mucho calor ese día en La Pampa. Pero pude andar muy bien y con ciclistas de gran nivel. Es un lugar muy lindo para correr, el autódromo está muy bien, es amplio y permite la presencia de un pelotón grande. Además el asfalto es liviano y solo tiene algunos repechos. Pero prefiero correr en las vueltas por etapas, en las rutas, ya que suelen tener un mayor nivel y uno gana más experiencia”, dijo el entrevistado.
Contra el reloj
Con 20 años siente que su fuerte es la lucha constante frente al reloj. Las pruebas llamadas contrarreloj son las que más disfruta Marcos en este mundo de las dos ruedas. “Me gusta correr contra el reloj, porque es mas individual, y es uno contra el tiempo.
Lo habitual es que sean distancias cortas, de hasta 30 kilómetros, pero desde el primer segundo hasta la línea de llegada es ir a fondo y tenés que entregar todo”, dice sobre esa lucha que el hombre libra contra el avance implacable de los segundos.
Fuente: Diario La Opinion