La ciudad bonaerense de Trenque Lauquen atravesó una estricta cuarentena en los dos primeros meses de declarada, hasta pasar a estar hoy en una instancia similar a lo que se vive en nuestra provincia. Es más, las actividades físicas fueron habilitadas diez días antes de decidirse en territorio pampeano, por lo que distintas disciplinas pudieron retomar los entrenamientos, cumpliendo con el protocolo respectivo. Uno de esos deportes fue el handball, que tiene en Ferro C. Oeste al exponente trenquelauquense en el ámbito de la Asociación Pampeana de Balonmano (APaBal).
“En Trenque Lauquen por ahora estamos en una burbuja respecto a lo que es Buenos Aires, la provincia se dividió en fases y la ciudad tuvo a finales de marzo dos casos positivos de personas que vinieron del exterior. Luego de eso se recuperaron y a partir de ese momento no ha tenido casos, permitiendo que hoy nos encontremos en fase 5. El regreso a la actividad física fue con un máximo de diez personas, sin contacto, respetando el distanciamiento social. Ferro cuenta con un gimnasio de 1.500 metros cuadrados, no se compara con el Gigante pero es muy grande, por lo que nos permite trabajar tranquilamente”, señaló Marcos López Rodríguez, entrenador del club “verdolaga”.
“Todos le meten muchas ganas”
La vuelta al trabajo en plena pandemia consistió en el armado de turnos horarios en los dos días de cada semana elegidos para concretarlo con cada una de las categorías.
López Rodríguez expresó finalmente que “se vienen realizando buenos trabajos técnicos individuales, incluso armamos unos mini circuitos, pero bueno, estamos lejos del deporte en sí. Ellos quieren competir, están deseando eso, igualmente estuvimos más de 60 días encerrados y el hecho de que se haya permitido que concurran al club, fue un aliciente. Por supuesto que llegan entusiamados ante la oportunidad, y están a la expectativa de una nueva habilitación. Tratamos de ser lo más sinceros posible, que no habrá nada de competencia a corto plazo, y considero que por ahí hasta fin de año no suceda. Estamos profundizando e incorporando nueva técnica, mientras buscamos que en las categorías más pequeñas corran y gasten energía”.
“Tengo 85 de 120 chicos que había, ahora arranqué también con Mini, que era la categoría que quedaba, y aquellos que aún no concurren al club es porque los padres se encuentran temerosos o están quienes arrancaron en algún momento y no se terminaron de “enganchar”. En todo caso volverán a probar cuando el deporte regrese como tal. Todos le meten muchas ganas, mucha energía, pero nos está faltando la competencia, que llegue el fin de semana y jugar, o poder viajar. Eso es lo más lindo”, agregó.
Fuente: Diario La Reforma